jeudi 21 février 2008

Hacia la sabiduría del cuerpo

Francesc Torralba
(Catedrático de Filosofía de la Universitat Ramon Llull de Barcelona)
Conferencia pronunciada en el Centre social i Culural de La Caixa en Tarragona, dentro del ciclo Pautes per a una vida feliç.

Siendo conscientes de que ciertas actitudes degradan de manera irreversible nuestras aptitudes, uno no se explica el porqué de determinados comportamientos. Quién no se haya saltado un semáforo en rojo, seguro que ha fumado un pitillo. Es más, ante el ritmo impetuoso que marca el imperturbable cronómetro, seguro que más de uno se salta media docena de semáforos al cabo del día; o ante el incurable y adictivo stress laboral como resultado del estúpido estilo de vida contemporáneo, es fumador empedernido. Somos así, y pese a miles de propósitos que alimentan nuestra tranquilidad psicológica, pese a miles de consejos oídos, vistos o leídos en cualquier formato, seguimos actuando de la misma manera.
Pitillos, semáforos, sedentarismo, insultos, derroche, consumo, superficialidad…cada uno que acate lo suyo, y quien se sienta liberado arroje la primera piedra. Francesc Torralba pronunció su conferencia en el contexto antagónico de esa realidad de nuestra sociedad: somos conscientes de nuestros malos hábitos, que perjudican nuestro bienestar personal. Sin embargo, no actuamos en consecuencia.
Algunas frases e ideas clave que apuntó:
1- El cuerpo humano es frágil (susceptible de ser perjudicado por factores como la edad, el frío…). Es importante ser conscientes de nuestra vulnerabilidad, nuestra integridad corre peligro ante ciertos factores.
2- El cuerpo necesita conocer sus necesidades. Pero también sus limitaciones. Tenemos que desarrollar nuestras posibilidades, nuestras aptitudes, sin compararnos con quienes nos rodean.
3- El cuerpo es un ente comunicador. Es una plataforma lingüística. Es importante saber escucharlo, leer lo que nos intenta comunicar. Cuando nos encontramos mal físicamente, se refleja en nuestro estado psicológico, y viceversa.
4- El ritmo. Tenemos que adaptar nuestro cuerpo a un ritmo concreto. Cuando vivimos acelerados y no podemos abarcar todo lo que hacemos, el cuerpo humano se queja. Es sabio aquel que pudiendo correr más, acompaña al más lento y avanza junto a él.
5- Elogio a la lentitud. Para querer, amar, seducir, para todo ello necesitamos tomarnos nuestro tiempo. Queremos hacer tantas cosas en una hora que al final la dejamos perder, la malgastamos, ya que no la hemos vivido.
6- Es importante relativizar, sin tener una actitud de dejadez o pasiva.
7- Lo esencia de las personas es invisible a los ojos: es el alma. Aquellos que sólo se centran en sus cuerpos se pierden mucho en esta vida. Ya que es precisamente la interioridad la que nos une a otra persona (convivir con ella, tener proyectos de futuro, en todo ello no repercute el aspecto exterior; sin embargo, es fundamental para que permanezcamos junto a ella).

Y otra última idea que se la podrían aplicar muchas personas que alardean de su juventud, por aparentar cierto ritmo de vida, activa y productiva según ellos. Aquellos que minusvaloran al prójimo por no actuar, no socializarse como ellos mismos (ellas mismas):
Ser VIEJO no es nada despectivo. Que a alguien le digan viejo significa que ha estado más tiempo en este mundo. Por lo tanto, haber vivido más experiencia y ser más sabios.
En fin, ocúpate de lo que vives ahora, porque pensando demasiado en el futuro corres el peligro de no disfrutar el presente.

1 commentaire:

Patricia a dit…

En razón estás, tenemos malos hábitos. Tal vez bebemos para evitar la realidad de que somos alcohólicos, fumamos por estupidamente tener un lugar en la sociedad o simplemente por la ociosidad que este sistema nos ha creado...Nuestro comportamiento miserable a causa de nuestro pensamiento, nuestra visión..tal vez pensamos en nuestra inmortalidad, tal vez pensamos que Dios es ateo, tal vez así somos felices, tal vez.....creo que estamos jodidos.