mercredi 23 juillet 2008

¿Por qué no decirlo?

¡Abre los ojos idiota! Pero no pongas tus ojos más haya del horizonte que abarca tu mirada. Estoy aquí, aquí mismo. Más cerca de lo que tú te piensas. Puedes estar rodeado de personas y sentirte solo, desamparado. Puedes tener la sensación de que el gritar no te servirá de nada, porque nadie se sobresalta alrededor tuyo. Puedes investigar, mirar, y seguir sintiéndote alienado. Pero no se trata de seguir buscando, sino de identificar lo que tienes entre manos, de investigarlo, cuidarlo, mirarlo, manosearlo como es debido. Puede que esté aquí mismo, y todavía sientas su presencia como un ser extraño. Seguro, te atormentas porque tu búsqueda no tuvo éxito; pero no eres capaz de escrutar correctamente lo que te encontraste en tu camino. Incapaz de disfrutarlo.

Las personas nos dan la oportunidad de recorrer ese largo sendero.
No merece prolongar la búsqueda eternamente; o sí, ¿quién sabe? Deja de pensar en ti, en tus problemas; relájate y concéntrate en lo que te están contando. Puede que en esas palabras se esconda una historia digna de ser escuchada; seguro. Puede que la historia deseada, el fragmento del puzzle, esté pasando por delante de tus ojos en estos momentos. No pierdas la oportunidad de completar, sentirte satisfecho. Haz que la vida del prójimo forme parte de tu historia y vaya participando en la escritura de tu novela.

Quizás te sea difícil desprenderte de esos prismáticos que visten tu mirada, queriendo acercar los horizontes lejanos y romper los límites que marcan a lo lejos las montañas. Quizás intentes mirar más allá y te sientas inútil, sin poder percibir el aroma de alguien que está a tu lado; sin poder sentir sus caricias; sin palpar sus manos; Quizás merezca la pena escuchar el susurro de alguien que está a tu lado.

¡Abre los ojos idiota! Pero no pongas tus ojos más haya del horizonte que abarca tu mirada. Estoy aquí, aquí mismo. Más cerca de lo que tú te piensas.

Tu novela, mi novela. No vendrán de tierras lejanas para abrirnos las páginas de este libro y rellenarlo con aventuras inolvidables. Hagamos que los actores se acerquen a nosotros y convirtámoslos en protagonistas. O aún mejor, dejemos que aquellas personas que ya tenemos a nuestro alrededor empuñen la espada, la pluma, y participen en la novela de nuestras vidas.

1 commentaire:

ami a dit…

Me gusta eso de que: "dejemos que aquellas personas que ya tenemos a nuestro alrededor participen en la novela de nuestras vidas."
¡Tú si que sabes!